Queridos lectores, el día de hoy, no vengo a compartirles versos como suelo hacer, sino más bien una breve reflexión acerca de una de mis más habituales ocurrencias. Se trata de la actitud que uno tiene ante la vida - disculpen si muestro mi faceta más filosófica, pero es menester hacerlo.
Esta «actitud» que tiene el individuo hacia la vida es equiparable a la que tiene hacia su propia existencia. Quiero hacerles comprender lo anterior mediante una frase que leí en algún que otro escrito camusiense: “el hombre no escoge vivir en este mundo, él es inocente de tener esta vida”. ¿Qué nos quería decir Camus con dicha reflexión? A mi parecer, no tiene otro significado que el de adoptar una actitud propia, la de cada uno, hacia la vida, todas válidas.
Déjenme profundizar un poco más. Hace unas semanas que leí El extranjero, obra del filósofo francés Albert Camus, que provocó un vacío inefable en mí, una sensación contraria al sosiego. Grosso modo, esta obra nos narra la vida de Mersault, un hombre peculiar como el que más, que tras la muerte de su madre es condenado a pena de muerte por ciertos actos que perpetró.
Perdónenme si les anticipo el final de una lectura como esta, pero para el tema que abarco hoy es ineludible. En las últimas páginas, Mersault mantiene una conversación forzosa con un cura momentos antes de su ejecución. En esta, surgen frases tan descollantes como las que voy a enumerar:
1. “Ni siquiera tenía la certeza de estar vivo porque vivía como un muerto” - imagínense el dolor de Mersault.
2. “Qué me importaba la muerte de otros, el amor de una madre, el mismo Dios… puesto que un solo destino nos es puesto a todos por igual” - se muestra nihilista.
3. A la pregunta “¿cómo te imaginas en otra vida?” - Mersault responde: “una vida en la que pueda acordarme de esta”.
Lo dicho hasta aquí nos hace suponer que Mersault es un vil hombre consumido por su alexitimia (su imposibilidad de sentir). Pero no muy lejos de ser así, también nos muestra su lado más humano, haciendo referencia a su peculiar romance con Marie - quien inicialmente le era indiferente. Véanlo ustedes mismos:
4. “Durante meses busqué un rostro en las paredes que me contenían, ese rostro tenía el color del Sol y el fuego del deseo” - Mersault mostró su amor por ella en sus postreras semanas de vida.
Como ya se habrán podido percatar, se podría decir que El extranjero es una crítica a la frialdad, a una vida sin motivaciones, a una sociedad que carece de estímulos. A dónde quiero llegar con esto es a advertirles de que no dejen que el ocaso de la vida les llegue. Todo individuo tiene sus inquietudes y problemas, pero no es algo que nos debe frenar. Sean tan libres como quieran, amen tanto como puedan y no dejen que el tiempo se discurra en vano.
Con afecto,
Schmutz
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